24 abril 2008

Miguel de Cervantes

Don Quijote de la Mancha
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Fragmento del cap. 23. En Sierra Morena.
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Así como don Quijote entró por aquellas montañas, se le alegró el corazón, pareciéndole aquellos lugares acomodados para las aventuras que buscaba. Reducíansele a la memoria los maravillosos acaecimientos que en semejantes soledades y asperezas habían sucedido a caballeros andantes. Iba pensando en estas cosas tan embebecido y transportado en ellas, que de ninguna otra se acordaba. Ni Sancho llevaba otro cuidado -después que le pareció que caminaba por parte segura- sino de satisfacer su estómago con los relieves que del despojo clerical habían quedado; y así, iba tras su amo sentado a la mujeriega sobre su jumento, sacando de un costal y embaulando en su panza; y no se le diera por hallar otra ventura, entretanto que iba de aquella manera, un ardite.
En esto, alzó los ojos y vio que su amo estaba parado, procurando alzar no sé qué bulto que estaba caído en el suelo, por lo cual se dio priesa a llegar a ayudarle, si fuese menester; y cuando llegó fue a tiempo que alzaba con la punta del lanzón un cojín y una maleta asida él, medio podridos, o podridos del todo, y deshechos; mas, pesaba tanto, que fue necesario que Sancho se apease a tomarlos, y mandóle su amo que viese lo que en la maleta venía.
Hízolo con mucha presteza Sancho, y, aunque la maleta venía cerrada con una cadena y su candado, por lo roto y podrido della vio lo que en ella había, que eran cuatro camisas de delgada holanda y otras cosas de lienzo no menos curiosas que limpias, y en un pañizuelo halló un buen montoncillo de escudos de oro; y así como los vio, dijo:
-¡Bendito sea todo el cielo, que nos ha deparado una aventura que sea de provecho!
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Con unas horas de retraso, la imprescindible lectura del 23 de abril. Y de cualquier otro día.

08 abril 2008

Olvido García Valdés

Poema sin título del libro "Y todos estábamos vivos"
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Juntas en la cocina sin apenas
hablar, un lugar no exclusivo
de mujeres, que sigue al parecer
siendo exclusivo. Casi nada en común,
salvo contradicciones que sujetan
y asemejan. Nos enmarca este espacio
al que creemos ya no pertenecer. De ellos
el mundo y la sala grande, conversación
de lengua reductora, el chiste sexual,
la perspectiva hollada, cierto
poder, risas, el mundo. Al mundo
salgo, que es único consuelo, campos
y árboles hoy que es mayo, y la savia
estalla verde y varón según la lengua,
el mundo que consuela y el que no,
ajenos ambos hoy a mí, que camino
con daño en lo ajeno que la vida deja.
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Comentario: Compré, hace mucho, un volumen de poemas de O. García Valdés y había leído las traducciones, en colaboración con M. Zgustova, de dos poetas rusas que admiro mucho: A. Ajmatova y M. Tsvetaieva. El libro me gustó, pero no llegó a calarme. Hace poco encontré esta nueva obra, que ha merecido el Premio Nacional de Poesía 2007, le di un vistazo y me lo traje. Tenía "algo". Esa sensación de no equivocarme si lo compraba. Aún no sé muy bien que es ese "algo", pero estoy en ello y cuando lo sepa, vuelvo y os lo cuento. Es que acabo de empezar a leerlo en serio y no me ha dado tiempo de enterarme más :)