09 mayo 2008

José Antonio Marina

La Selva del Lenguaje
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Páginas 63 y 64
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Caeré en la tentación de contarles algunas historias de palabras, para aliviar la andadura. Los deslizamientos, ya lo he dicho, son a veces externos, casuales, y otras en cambio pertenecen al propio desarrollo del análisis del objeto designado. Un caso de evolución externa lo proporciona la historia de la palabra francesa "timbre", que en la actualidad significa "sello de correos" pero que originariamente significaba "tripa". Es difícil adivinar los vericuetos que condujeron a la palabra de las manos del charcutero a las del cartero.
El caso es que las tripas pasaron a emplearse en los tambores, de donde salió "tímpano", como membrana sonora (también témpano). Los tambores se representaban en los escudos nobiliarios y "timbre" pasó a ser un término heráldico. Cuando el escudo figuró en los sellos conque se autentificaban los documentos pasó a significar "sello" (todavía en castellano se habla de "papel timbrado"), y cuando se estableció Correos, las estampillas heredaron la función que tenían los antiguos sellos nobiliarios.
Un caso distinto lo proporciona la palabra "melancolía", en cuya historia hay un cambio en el contenido, es decir, un deslizamiento interno. Etimológicamente designa la locura furiosa provocada por la bilis negra (melanós jolé), de la que habla el Corpus hipocrático. Se mantuvo así durante muchos siglos hasta que en el barroco la melancolía se puso de moda, deja de usarse como término médico y se convierte en una tristeza elegante. Con el romanticismo pasa a ser un dulce malestar. "Melancolía es la dicha de ser desdichado", escribió Víctor Hugo. Paralelamente aparece la palabra " spleen", que significa una tristeza dandy y poco trágica, y tiene también orígenes médicos. Procede de "esplenós" que significa "bazo".
A veces se toma una parte del significado como si fuera el todo, con lo que se producen divertidas contradicciones. En este momento se usa en castellano la expresión "en lo más álgido de la discusión", queriendo designar la situación más acalorada. Sin embargo, "álgido" significa "el momento más frío".
[...]
En Mexico, de tanto repetir "una cerveza fría", se ha simplificado a "déme una fría". Es decir, "fría" se ha convertido en sinónimo de cerveza, con lo que los bebedores que la prefieran del tiempo tienen que pedir "una fría del tiempo" o "una fría que no esté muy fría". El lenguaje no deja de producir sorpresas.
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Comentario: Este es uno de los libros que más me gustan de Marina. Se extiende sobre el lenguaje, sobre nuestro idilio con las palabras y sobre el porqué de nuestros soliloquios. El hombre es palabra, más que ninguna otra cosa y es importante aprender sobre ellas. El recorrido del libro es largo, con terminales para la medicina, la psicología, la comunicación, la comprensión y el habla creadora, entre otras cosas.
Para los que amamos las palabras, altamente recomendable :)

14 comentarios:

Elena Casero dijo...

Lo voy a apuntar y comprar.
La atracción que las palabras ejercen sobre mi mente es muy grande, poderosa. Descifrar su contenido, su origen, su propia vida porque las palabras la tienen es fascinante.
gracias por traer este libro.

Un beso muy grande

Trenzas dijo...

Escrptorum54: Lo disfrutarás, seguro.
No es que el libro contenga muchos ejemplos así. Es sólo, como ya dice, aliviar la andadura con unas pocas anécdotas, pero en cuanto al lenguaje y sus extensiones, es muy completo.
Tengo un pequeño diccionario filológico y nunca deja de sorprenderme el camino que han recorrido algunas palabras, ni las similitudes entre idiomas que no parecen tener nada en común.
Vida propia, como bien dices.
Abrazos y besos, reineta.

fractal dijo...

Estuve un tiempo estudiando varias "sorpresas" derivadas del lenguaje empleado por los médicos. Concretamente, el ejemplo del punto álgido me hizo ver qué caminos (¿o desviaciones?) tomaban a veces el curso de las cosas.
No me gustó nada descubrir el etimología de la palabra algia, que según su origen latino significa alguna cosa y según su raíz griega significa dolor. Está claro que para algunos médicos el dolor proviene del latín...
Así, también, algología, que debería ser la ciencia que trata el dolor, es la ciencia que estudia las algas marinas. Fue más tarde que tropecé con otra palabra, como ficología, que es la preferida por los estudiosos de las algas.
Así me di de bruces con ambigüedades que "dolían", incomplrensiblemente, sobretodo en ámbitos científicos y jurídicos. Por eso reclamo siempre una mayor inventiva de palabras. ¿Sería tan complicado tener una palabra para cada significado?

Me salió un exabrupto, casi. Lo siento.
Sabes de mi idilio con las palabras. Y podría estar aquí comentando sin fin.

Trenzas dijo...

Frac: En medicina, es muy común encontrar palabras que derivan, o reúnen, términos griegos y latinos; Fibromialgia, por ejemplo, aunque a aquel que la sufre, le debe importar un comino de dónde proceda o las derivaciones que tenga.
Tener una palabra exacta para cada cosa, y libre de influencias, a estas alturas de la humanidad, ya me parece un pelín imposible, pero no hay duda de que sería muy clarificador. Si existiera una asignatura para "inventor de palabras" no me la perdería por nada del mundo :)
Tú tranquila; aquí estamos para escuchar e intentar comprender.
Molts petonets, nena.

Imagine Photographers dijo...

AAaa! me lo he pasado pipa, tendre que pasar mas veces para pillarlo todo, bueno en el fondo ya conocía el tema pero no me había entretenido nunca a desmeduzarlo, es interesante pero no se si me atrevere a comprar el libro, me da un poco de respeto:)¿es muy gordo?
Petons i abraçadas
franki

Trenzas dijo...

Imagine Franki: Es muy divertido recorrer los caminos de las palabras, desde su origen hasta ahora. Muchas acaban significando lo contrario de lo que significaban cuando alguien las "inventó".
Por ejemplo, la exclamación "¡guay!" que ahora utilizamos para significar que algo es muy divertido, fue en principio un lamento, una queja.
Era el "!ay de mí!" de la época del Quijote y está en el libro con esa acepción.
El libro de Marina no es muy voluminoso; unas 300 páginas, pero no se trata de un diccionario etimológico por lo que no hay mucho más sobre el tema de este post. Recomendable, mucho, pero si buscas etimologías, mejor un diccionario especializado.
Una forta abraçada, amic.

Imagine Photographers dijo...

Bueno, lo hojeare antes:)

Pilar M Clares dijo...

Es que la melancolía tiene algo de hígado. Yo también soy de lengua (¿me equivoco mucho?)
Besico colega

Trenzas dijo...

Imagine FRanki: Es mejor, sí.
:)
Petons...!

Trenzas dijo...

Pilar M. Clares: El hígado es un potente creador de melancolía. Cuando no funciona bien pone a la gente triste, sin ganas de nada; y lo mismo vale para el páncreas.
Bueno; si te refieres a que puedo haber estudiado alguna rama de Lenguas, pues sí, te equivocas. Mi ámbito es el Sanitario, pero en cuanto a si soy de Lengua por afición apasionada, no yerras ni un pelo :DD
Y de Historia, y de Paleontología, y de Música, y de...
Ya sabes; aprendiz de todo, maestro de nada.
Un abrazo, amiga.

Anónimo dijo...

Me ha hecho gracia lo de la cerveza. Mi padre (a quien quiero mucho, pero que tiene muy mala idea) a veces me llama "cerveza", porque al ser rubia y muy friolera dice que soy como ella: "rubia con el culo frío".
Gracias Trenzas por dedicar este blog a las letras y a las palabras.
Besos.

Montse dijo...

Me encanta la expresión de Victor Hugo.

"Melancolía es la dicha de ser desdichado". Me la quedo.

Y también me apunto el libro. Marina me suele gustar.

Gracias, reina mora, por la recomendación.

Un petonet.

Trenzas dijo...

Estefani: :)
Primera vez que oigo que la cerveza tenga el culo frío. Es más, ni siquiera sabía que la cerveza tuviera culo :DDD
Es la magia del lenguaje que nos permite retorcerlo, reinventarlo y utilizarlo en un juego sin fin.
Más mágico aún es el mecanismo mental que nos permite descifrarlo al instante :)
Gracias a ti, amiga.
Un abrazo fuerte.

Trenzas dijo...

Arare: El Marina de los cinco o seis primeros libros era estupendo, en comparación con los últimos dos o tres en los que no parece haberse roto mucho la cabeza para escribirlos. Creo que escribir en colaboración no le favorece :)
Una frase estupenda la de Victor Hugo. Y certera teniendo en cuenta la cantidad de personas que son felices siendo desgraciados :DDD
Molts petonets, reineta.