11 julio 2007

Carl Sagan

Miles de Millones
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(fragmento cap. I)
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Hay quienes... creen que el número de [granos] de arena es in­finito...
Otros, aun sin considerarlo infinito,
piensan que todavía no se ha mencionado un número
lo bastante grande [...].
Pero voy a tratar de mostrarte [números que] superen
no sólo el de una masa de arena equivalente a la Tierra [...]
sino el de una masa igual en magnitud al Universo.
Arquímedes ( 287-212 adC). El arenario

.
Jamás lo he dicho. De verdad. Bueno, una vez afirmé que quizás haya 100.000 millones de galaxias y 10.000 trillones de estrellas. Resulta difícil hablar sobre el cosmos sin emplear números grandes.
Es cierto que pronuncié muchas veces la frase «miles de millones» en la popularísima serie televisiva Cosmos, pero jamás dije «miles y miles de millones»; por una razón: resul­ta harto impreciso. ¿Cuántos millares de millones son «miles y miles de millones»? ¿Unos pocos? ¿Veinte? ¿Cien? «Miles y miles de millones» es una expresión muy vaga. Cuando adap­té y actualicé la serie me entretuve en comprobarlo, y tengo la certeza de que nunca he dicho tal cosa.
Quien sí lo dijo fue Johnny Carson, en cuyo programa he aparecido cerca de treinta veces en todos estos años. Se disfrazaba con una chaqueta de pana, un jersey de cuello alto y un remedo de fregona a modo de peluca. Había creado una tosca imitación de mi persona, una especie de Doppelgänger* que hablaba de «miles y miles de millones» en la televisión a altas horas de la noche.
La verdad es que me molestaba un poco que una mala re­producción de mí mismo fuese por ahí, diciendo cosas que a la mañana siguiente me atribuirían amigos y compañeros (pese al disfraz, Carson –un competente astrónomo aficio­nado– a menudo hacía que mi imitación hablase en térmi­nos verdaderamente científicos).
Por sorprendente que parezca, lo de «miles y miles de millones» cuajó. A la gente le gustó cómo sonaba. Aun ahora me paran en la calle, cuando viajo en un avión o en una fiesta y me preguntan, no sin cierta timidez, si no me importaría repetir la dichosa frase.
–Pues mire, la verdad es que nunca dije tal cosa –res­pondo.
–No importa –insisten–. Dígalo de todas maneras.
Me han contado que Sherlock Holmes jamás contestó: «Elemental, mi querido Watson» (al menos en las obras de Arthur Conan Doyle), que James Cagney nunca exclamó: «Tú, sucia rata», y que Humphrey Bogart no dijo: «Tócala otra vez, Sam»; pero poco importa, porque estos apócrifos han arraigado firmemente en la cultura popular.
Todavía se pone en mi boca esta expresión tontorrona en las revistas de informática («Como diría Carl Sagan, hacen falta miles y miles de millones de bits»), en la sección de eco­nomía de los periódicos, cuando se habla de lo que ganan los deportistas profesionales y cosas por el estilo.
Durante un tiempo tuve una reticencia pueril a pronunciar o escribir esa expresión por mucho que me lo pidieran, pero ya la he superado, así que, para que conste, ahí va:
«Miles y miles de millones.»
.
*En el antiguo folclore germano, el doble fantasmal de alguien. Cuando se encontraban la persona original y su contrafigura, era signo seguro de la muerte inminente de la primera. (N. del T.)

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Comentario personal: Ya sé a quien le va a gustar que traiga a Sagan hasta aquí. ¿O me equivoco, Frac?. El hombre de las estrellas; el que nos mantenía clavados en el sofá viajando con él por las galaxias; el que nos abrió puertas al cielo. Al menos, hizo eso con los que desconocíamos casi todo y apenas podíamos distinguir la Osa Mayor en el cielo nocturno. Os dejo aquí un enlace a Wikipedia, mucho más extenso que lo que yo pudiera, o supiera, deciros de su vida y obra.
Si alguna vez se encuentra vida inteligente en el Cosmos, será por obra y gracia de este hombre estelar.

12 comentarios:

fractal dijo...

jejej, para que conste ahí va: a mi me gusta que traigas todos y cada uno de los miles y miles de millones de libros que configuran tu circunferencia de radio infinito.
Pero ya que has tenido el detalle, no le haré un feo al fragmento que has publicado. Rescataré la idea de estos números tan grandes, a los que alude Sagan, y que deberían hacernos reflexionar muy en serio hasta convertirnos en seres menos vanidosos, menos prepotentes, menos seguros de poder dominar completamente la naturaleza.

Gracias, por pensar que podía gustarme. También me gusta la que fuera su esposa, Lynn Margulis.
Y ahora cuéntame, ¿qué opinas tú?

MIB dijo...

Sí... el universo y su infinitud, o indefinible magnitud nos hacen reflexionar sobre lo minúsculos que somos... Pero, esa insignificancia relativa, quizá hace a muchos actuar sin temor a las consecuencias... total no son más que una mínima célula en el cosmos... Lo que le falta a muchos es pensar en las relaciones interconectadas de cada una de nuestras acciones... Cada cosa que uno hace afecta a nuestro cosmos... y la suma de uno más uno, más uno, más mil millones da lo que ES... lo que SOMOS... se podrá concientizar a la gente en eso??

Trenzas dijo...

Frac: Estos bocaditos de libros, son sólo recordatorios. No sirven a nadie que no tenga ya una idea de lo que se habla o de quién se habla. Creo que al empezar ésto, pensé, egoístamente, en mí más que nada, como una forma de remover estantes y obligarme a refrescar neuronas :)
Sagan, en toda su dimensión, me resulta bastante incomprensible, desde el punto de vista científico. Pero su manera de presentar el universo en la TV, me despertó inquietudes y curiosidades. Lo mismo que su esposa, Margulis a quién llegué desde Lovelock a cuenta de la Hipótesis Gaia. También un poco por casualidad y sin entender el concepto en su totalidad.
Ya lo he dicho muchas veces; soy una cotilla incorregible y una palabra que resulte interesante, me lleva a una búsqueda interminable de otras palabras que aclaren la primera :) O sea; que no acabo hasta que digo: Ya vale, porque para entender lo que sigue, necesito otra vida entera.
Y entonces vuelvo a coger La Odisea
:DDD
Pienso como tú respecto a la manera en que debemos vernos los seres humanos. Un poco de humildad no nos vendría nada mal, considerando la inmensidad de lo que existe y conocemos y de lo que existe y desconocemos. Margulis y Sagan nos lo recuerdan.
Molts petons..!

Trenzas dijo...

MIB: ¡Upppssss...! ¡Escribíamos al mismo tiempo...! :)
Pues no creo , Mib. No creo que podamos concienzarnos de que somos una suma de potencialidades. A menos que eso nos favorezca económicamente, o nos ayude a tomar el poder de lo que sea.
Podemos seguir luchando por ello, eso sí, cada uno desde su lugar en el mundo. Es posible que con el tiempo y cuando ya estemos a punto de perecer, reaccionemos. Soy muy pesimista en este aspecto, la verdad.
Un beso grande, niña.

Robertö dijo...

No sabia que Lynn Margulis era su esposa. Que buena pareja....
Me quedó grabada una frase de Sagan, en su lecho de muerte. "quiero saber". No se si la haya dicho, y espero no interrumpir su paz citándolo (;) don Sagan), pero me ha quedado grabada porque de haber seres inteligentes con ganas de charlar con alguien de por aquí siempre se me ocurrió que se contactarían con él. Y en cierto modo su supuesta declaración "quiero saber..." en ese momento me ha dado la tranquilidad de que aún nadie de muy lejos ha levantado el teléfono para invitarnos a dar una vuelta.
Me gustaba su programa y me hubiera gustado verlo más. Era la época en que la televisión no era el putero horrible que es hoy.

Trenzas dijo...

Roberto; Sí; ¡qué buena pareja..!
Pues si ni dijo la frase, desde luego, le cuadra muy bien. Esa infinita curiosidad combinada con inteligencia superior, hacen estos grandes científicos. Curiosidad que hace avanzar al hombre en todos los frentes. Luego ya aparece el que quiere sacar partido monetario de esos avances y nos metemos en otra historia :(
Puede ser que llegue el día en que alguien levante el teléfono desde alguna galaxia a miles de años luz.
Creo que preguntarían por Carl Sagan, antes que por nadie :)
A la teel se le ha olvidado que es un servicio público. O tal vez no, y el público no demande otra cosa.
Yo me escapo al cable y ahí aún hay buenos canales de documentales, aunque nunca he visto ninguno de Sagan. No pierdo la esperanza :)
Un abrazo grande, Roberto

Robertö dijo...

justo en la argentina está sucediendo eso, la televisión está tan degradada que el público, al menos el sector que siente que tiene derecho a exigir y elegir, se está volcando al cable y a internet. En uruguay la cosa no está mejor, si bien aquí no se hacen "granhermanos" ni hay programas que escarben la vida de esos seres tan superficiales de piel estirada y pelos pintados a quienes llaman "famosos", pero no lo hay porque no el mercado es muy chico, no porque la televisión pueda hacerse de mejor modo. Hace poco vi el unico programa interesante en años, el argentino "La liga" donde mostraban en vivo como unos pobres analfabetos subidos a tractores deforestaban para grandes empresas y como en su ignorancia, comenzaban a intuir que lo que hacían provocaba grandes daños a sus iguales, pero que ese era su trabajo. Y sin decirlo porque no podrían articular un pensamiento así, daban a entender que no eran ellos bajandose del tractor quienes arreglarían nuestro prostituído mundo. Pocas veces en televisión muestran eas caras tristes, caras que no venden. El programa fue pasado un día entre semana pasada la una de la mañana, porque el horario central está dedicado a estos programas tan inmundos y deformadores de cabezas.
Es feo lo que está ocurriendo.
Un beso Verb.

Imagine Photographers dijo...

Aveces pienso que cada uno de nosotros, incluidos los seres vivos o no, que forman parte de nuestro conocimiento, somos el punto convergente de lo infinito hacia el cosmos y lo infinito hacia el microcosmos; y cuando descubrimos otros elementos en nuestro macrocosmos o microcosmos, este a su vez también es un punto convergente entre su macrocosmos y su microcosmos y todos formamos parte del equilibrio de la existencia y cualquier cambio en uno de ellos, con el tiempo influye en su conjunto pero no por ello cambia el sentido del propio universo.
Antes era mas pesimista en cuanto al futuro de la humanidad, pero ahora pienso que no somos tan importantes eso si; creo que deberiamos ser responsables de nuestro momento, ser coscientes de que no somos propietarios de nuestro entorno aunque paguemos nuestros impuestos e hipotecas, aceptar el juego de la vida, ocupar nustro sitio e intentar ganar. Eso si, sin hacer trampas. Procurando al finalizar dejar lo todo ordenado por lo menos igual que estaba cuando llegamos....el juego tambien durara miles y millones de años...
Me lo he pasado pipa viajando con vosotros y eso que tego que confesar que no vi la serie cosmos, esposible que en aquellos momentos estubiera yo bastantes horas a 100 o 200 metros bajo tierra en el maravilloso mundo de las tinieblas y sintiendo una felicidad dificilmente explicable al alcanzar la salida de una sima , con un esfuerzo que pone a prueba los propios límites .Lo primero que ven tus ojos es una noche con miles y miles de estrellas, tus oidos pasan del silencio casi absoluto a oir una sinfonia:a mi derecha catando unos sapitos, e frente una pareja de buhos aqui y alla grillos y mas grillos y algun que otro canto de otros animalitos; Sientes la brisa que te rodea y el olor a pino y tomillo; descansas unos instantes con el pecho lleno de una agradable satisfacción y tranquilidad al notar que tus manos con un fuerte abrazo se confunden con los salientes de las rocas que separan la luz de las tinieblas y por fin sentir la fuerza de una mano amiga que te ayuda...y te hace despertar.
Bueno me he quedado con la www.de Carl Sagan, tengo curiosidad.
Un fuerte abrazo :)

Trenzas dijo...

Roberto: Precisamente ayer tarde, leía un artículo en la prensa que hablaba de la imposibilidad de las cadenas de TV, para mantener un nivel de audiencia rentable, si retiraban de la programación los "Reality Shows". Estamos ya abocados a convivir con esa clase de televisión "normal" y a pagar para que nos conecten a la "anormal" para poder ver algo que valga la pena. Aquí habría que señalar que algunas cadenas sí hacen algunos esfuerzos culturales o de opinión: debates, documentales, programas informativos, etcétera, pero cómo dices, casi todos se emiten a horas poco apropiadas para las personas que trabajamos. O dejas grabando algo y te vas a dormir o al día siguiente no hay quien se levante de la cama.
Creo que todo va en el mismo saco: poca exigencia cultural, ya desde la escuela, poco tiempo de las familias para orientar a los hijos, carísimos los libros, los museos, y más y más...
Estoy de acuerdo: deformadores de cabezas :DDD
Un abrazo muy grande, querido Roberto.

Trenzas dijo...

Imagine Photographers: Yo sí que me lo he pasado pipa leyéndote :)
No sé si sería capaz de practicar espeleología; creo que me moriría de miedo :) pero me has dado mucha envidia, eso sí.
No puedo estar más de acuerdo contigo en que todo forma parte del Todo y que lo infinitamente grande o pequeño, es opuesto e igual, al mismo tiempo y cualquier mínimo cambio forzado, puede generar una hecatombe.
La Teoría del Caos, el Efecto Mariposa o, (mucho más asequible para los negados en ciencias, como yo) el cuento de Ray Bradbury, "El ruido de un trueno" explican con meridiana claridad, que no podemos mover ni una hoja sin que haya consecuencias. No todas serán fatales, pero dado lo "manazas" que somos los humanos, no podemos esperar demasiado de nuestros actos.
Te dejo un enlace al cuento que te cito. Corto pero esclarecedor.

Un abrazo fuerte a cada uno

Trenzas dijo...

¡Upsss...! El enlace.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/ruido.htm

Imagine Photographers dijo...

Gracias por el cuento, lo leere en cuanto tenga un ratito.
Yo también tengo envidia de mi mismo. Ya hace un tiempo que no práctico espeleología pero me queda una agradable nostalgia y una bonita experiencia.
Y de ti tambien tengo un poco de envidia; no se como puedes almacenar tanta bibliografía...pero si lo pienso mejor...estas sanas envidias fomentan la comunicación y el conocimiento.
muchos besos, Frankye