17 febrero 2007

Italo Calvino

Las ciudades invisibles
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Las ciudades y los ojos.5
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Vadeado el río, cruzado el paso, el hombre se encuentra de pronto frente a la ciudad de Moriana, con sus puertas de alabastro transparentes a la luz del sol, sus columnas de coral que sostienen los frontones con incrustaciones de mármol serpentín, sus villas todas de vidrio como acuarios donde nadan las sombras de las bailarinas de escamas plateadas bajo las arañas de luces en forma de medusa. Si no es éste su primer viaje, el hombre ya sabe que las ciudades como ésta tienen un reverso: basta recorrer un semicírculo y será visible la faz oculta de Moriana, una extensión de chapa oxidada, tela de costal, ejes erizados de clavos, caños negros de hollín, montones de latas, muros ciegos con inscripciones borrosas, armazones de sillas desfondadas, cuerdas que sólo sirven para colgarse de una viga podrida.
Parece que la ciudad continúa de un lado a otro en perspectiva multiplicando su repertorio de imágenes: en realidad, no tiene espesor, consiste sólo en un anverso y un reverso, como una hoja de papel, con una figura de un lado y otra del otro, que no pueden despegarse ni mirarse.

4 comentarios:

fractal dijo...

Si no recuerdo mal, me inicié en la lectura de "Una carta para ti" con la recreación de un texto de Italo Calvino, una adaptación que hiciste a partir de un texto que pertenecía, creo, a "Las ciudades invisibles"

Muy bueno, Italo Calvino también.
Darío Fo también. Luego paso a comentarlo.

Hoy me tienes entre amargada y alucinada con tus escritos. En "Una carta para ti" me esperan malos ratos, lo presiento; pero te quiero igualmente, herejejejeje...

Besote!

Trenzas dijo...

Frac; ¡nop..! Pero casi :)
Está en Trenzas y Rastas. Esa recreación fue un ejercicio del Taller de Cuentos. Un día de estos te pongo las dos versiones; la buena y la mala :)
Pues yo me lo he pasado bomba con el post del tueste solar :DDD
Ya te dije que tengo una vena un tanto cínica :)
Una vez, lee scribí un cuento a F., que se ha perdido, en el que habitábamos en planetas chiquitos, como casas unifamiliares y nos poníamos la mar de contentos, cuando nuestra órbita coincidía con la de algún amigo y nos invitábamos a pasar unos miles de años juntos, hasta que el planetita de los amigos volvía a estar lo bastante cerca como para marcharse :)
Otra cosa; ¿enlazo Frac, o dejo el fractal para cual?
Yo también te quiero, amiga. Es una alegría tenerte por aquí :)

fractal dijo...

Me gusta el cuento que le escribiste a F.

¿Cínica? ¿Donde?

Enlázame como Fractal-para-cual. De hecho existe otro blog que lleva por título Frac. Si lo visitas verás mi foto junto al perfil. Estoy en Madrid, voy en bicicleta por el Retiro. Verás qué pintas tengo.

Alegrías necesitamos...
Beso!

Trenzas dijo...

Hola a las tres. Un minuto para decir que no tengo más que ese minuto de tiempo :)
Por la noche vuelvo y hablamos (si paran las urgencias)
Besos a todas