24 noviembre 2008

Khaled Hosseini

Cometas en el Cielo
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De pequeños, Hassan y yo solíamos trepar a los álamos que flanqueaban el camino de entrada a la casa de mi padre para molestar desde allí a los vecinos colando la luz del sol en el interior de sus casas con la ayuda de un trozo de espejo. Nos sentábamos el uno frente al otro en un par de ramas altas, con los pies desnudos colgando y los bolsillos de los pantalones llenos de moras secas y de nueces. Nos turnábamos con el espejo mientras nos comíamos las moras, nos las lanzábamos, jugábamos y nos reíamos. Todavía veo a Hassan encaramado a aquel árbol, con la luz del sol parpadeando a través de las hojas e iluminando su cara casi perfectamente redonda, una cara parecida a la de una muñeca china tallada en madera: tenía la nariz ancha y chata; sus ojos eran rasgados e inclinados, semejantes a las hojas del bambú, unos ojos que, según les diera la luz, parecían dorados, verdes e incluso de color zafiro. Todavía veo sus diminutas orejas bajas y la protuberancia puntiaguda de su barbilla, un apéndice carnoso que parecía como añadido en el último momento. Y el labio partido, a medio terminar, como si al fabricante de muñecas chinas se le hubiera escurrido el instrumento de la mano o, simplemente, se hubiera cansado y hubiera abandonado su obra.
A veces, subido en aquellos árboles, convencía a Hassan de que disparara nueces con el tirachinas al pastor alemán tuerto del vecino. Hassan no quería, pero si yo se lo pedía, se lo pedía de verdad, era incapaz de negarse. Hassan nunca me negaba nada. Y con el tirachinas era infalible. Alí, el padre de Hassan, siempre nos pillaba y se ponía furioso, todo lo furioso que puede ponerse alguien tan bondadoso como él. Agitaba la mano y nos hacía señales para que bajáramos del árbol. Luego nos quitaba el espejo y nos decía lo mismo que su madre le había dicho a él, que el demonio también jugaba con los espejos, concretamente para distraer a los musulmanes en el momento de la oración.
- Y cuando lo hace, se ríe - añadía luego regañando a su hijo.
- Sí, padre - musitaba Hassan, mirándose los pies. Pero nunca me delató. Nunca dijo que tanto el espejo como lo de disparar nueces al perro del vecino eran ideas mías.
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Contraportada: Sobre el telón de fondo de un Afganistán respetuoso de sus ricas tradiciones ancestrales, la vida en Kabul durante el invierno de 1975 se desarrolla con toda la intensidad, la pujanza y el colorido de una ciudad confiada en su futuro e ignorante de que se avecina uno de los periodos más cruentos y tenebrosos que han padecido los milenarios pueblos que la habitan. Cometas en el cielo es la conmovedora historia de dos padres y dos hijos, de su amistad y de cómo la casualidad puede convertirse en hito inesperado de nuestro destino.
Obsesionado por demostrarle a su padre que ya es todo un hombre, Amir se propone ganar la competición anual de cometas de la forma que sea, incluso a costa de su inseparable Hassan, un hazara de clase inferior que ha sido su sirviente y compañero de juegos desde la más tierna infancia. A pesar del fuerte vínculo que los une, después de tantos años de haberse defendido mutuamente de todos los peligros imaginables, Amir se aprovecha de la fidelidad sin límites de su amigo y comete una traición que los separará de forma definitiva. Así con apenas doce años, el joven Amir recordará durante toda su vida aquellos días en los que perdió uno de los tesoros más preciados del hombre: la amistad.

8 comentarios:

fractal dijo...

Es impresionante Khaled Hosseini. No he leído nada suyo, pero acabo de descubrir que quiero hacerlo.

Trenzas, tu geranio de hoy tiene espinas, es un esqueje de rosal.
¿Qué pasaría si esta traición se diera entre dos hermanos en lugar de entre dos amigos? ¿habría perdón, lo hay en la novela que comentas?...

Un petó, virtuosa jardinera.

Trenzas dijo...

Frac: Hola, mujer medio perdida :)
Empieza por "Cometas..." (Más abajo hay un fragmento de "Mil soles espléndidos", la segunda novela de Hosseini)
Y cómo no quiero destriparla no contestaré a la pregunta, sino que te remite a mi comentario en "Mil soles..."
Las dos novelas son buenísimas y si, como es de suponer, relatan la verdad sobre la vida en ese periodo de Afganistan, impactantes.
Pocas rosas y muchas espinas, diría yo :)
Abraçades i petonets, nena.

Imagine Photographers dijo...

Ademas de tocar un tema interesante, su forma de describir los momentos, es muy rica en detalles, dando volumen al relato, bueno no se si me he explicado bien, pero ahí queda:)
Por lo que comentas, si quieres saber el final, tienes que leer todo el libro:). Pero aparte de eso yo también me pregunto una cosa: Si lo perdona, ¿debe volver a confiar en el? o ¿no es imprescindible?
Ale! ya esta:D
Una abraçada molt forta, amb espines i tot:), Franki

Trenzas dijo...

Imagine Franki: No, no hay que leer todo el libro, pero casi. Es que no quiero destriparle la novela.
Venga, un avance pequeño, Dejan de verse poco después de la traición, que es una traición de niños inocentes. Amir sabe que está mal lo que hace con Hassan, o mejor, lo que no hace y debería hacer, pero los condicionantes de su clase social (Hassan es su criado) son demasiado fuertes para que las obvie. Al poco tiempo de eso, la guerra se impone y los niños ya no vuelven a verse. La culpa que siente Amir, podrá sólo redimirla a través del hijo de Hassan.
Y hasta aquí puedo leer, sin romper el intríngulis :DD
Molts petonets i abraçades, Franki

Montse dijo...

Rosas y espinas forman parte de la vida, querida Trenzas.

Yo también lo leeré. Me han entrado ganas después de tu cita. in petó.

Trenzas dijo...

Montse: Creo que te gustará. Yo la leí en un par de tardes porque no podía dejarla :)
Lo que pasa aquí es que las espinas son enormes.
Una abraçada molt, molt forta

Pilar M Clares dijo...

La verdad es que situar una historia en Afganistán ya tiene peledengues, aqunque partamos de que conceptos como amistad, fidelidad, fraternidad --y que no se me vaya a lo francés-- por ejemplo son universales. EL campeonato de la cometa parece una bella metáfora, muy dentro de la tradición árabe folklórica, que luego será la nuestra, superar pruebas que dignifican, o dejan ver las miserias, parece que en este caso.
Buenas notas nos traes, amiga.
Muchos besos

Trenzas dijo...

Pilar M. Clares: Es una novela muy impactante. Lo que parece un juego sin importancia aquí, allí parece que todo el mundo se tomaba muy en serio ese campeonato de cometas. Lo que se mueve alrededor es como úna prueba de iniciación, o así lo toman estos protagonistas. Y esta batalla en particular, será decisiva en la vida de ambos niños.
Besotes, amiga.