18 enero 2007

Isaac Bashevis Singer

El esclavo
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(fragmento del capítulo II)
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A Wanda le resultaba más duro el camino cuesta abajo que cuesta arriba. Ahora le pesaban los cántaros de la leche y le pesaba el corazón. Pero el miedo casi la hacía correr por las pendientes. El camino atravesaba malezas, matorrales y bosques; de la espesura llegaban extraños murmullos y siseos. Ella sabía que andaban sueltos los duendes y los espíritus burlones, y que podían gastarle malas bromas: poner una piedra en medio del camino, colgarse de los cántaros para que pesaran más, enredarle el pelo o ensuciar la leche con estiércol del diablo. En el pueblo y en las montañas de los alrededores abundaban los malos espíritus. Cada casa tenía el suyo, que vivía detrás del fogón. Los caminos estaban infestados de hombres-lobo y de enanos, cada monstruo con sus añagazas particulares. Ululó un búho. Las ranas croaban con voz de persona. Kobalt, el diablo que hablaba con el vientre, no andaba lejos de allí; Wanda oía su respiración jadeante, que sonaba a estertor de muerte. Pero el miedo no mitigaba la pena de amor. El hecho de que el esclavo judío la hubiera rechazado no hacía sino aumentar su deseo. Lo hubiera dejado todo: su pueblo, su casa, su familia y desnuda con las manos vacías se hubiera ido tras de Jacob. Muchas veces se decía que era una necia por enfadarse. ¿Quién era aquel hombre? Si ella quería, cualquiera de los hombres del pueblo lo mataría, y nadie lloraría su muerte. Pero, ¿de qué sirve matar si amas a la víctima? Sentía en la garganta una pena que la ahogaba. Le escocía la cara como si la hubiese abofeteado. A ella siempre la habían acosado los hombres, su propio hermano e incluso el guardador de los gansos. Jacob tenía una voluntad más fuerte.
"¡Es un hechicero! -se dijo Wanda -. Me ha embrujado"
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I. Bashevis Singer, ganó el Nobel de Literatura en 1978. Judío polaco, sus primeras obras fueron en hebreo y en yiddish. En 1935 se trasladó a USA. Esta novela transcurre en el siglo XVII, después de la destrucción de muchas comunidades judías a manos de los cosacos ucranianos. Jacob salva la vida, pero lo venden como esclavo. Finalmente conquistado por el amor de Wanda, que no es judía, el conflicto se convierte en algo parecido a ese viaje de regreso que relata el fragmento.

4 comentarios:

fractal dijo...

Los regresos siempre son difíciles, ya sean físicos o de cualquier otro tipo.

Trenzas dijo...

liter-3; esta es una gran novela, de no muchas páginas :)
Perfectamente recreada la época de la Europa profunda del XVII. Feudalismo, hipocresía religiosa, independiente de cual fuera la religión, esclavitud, matanzas, ignorancia, hambre...
Y por encima de eso, el hombre con sus deseos y sus necesidades.
Y la religión planeando como un buitre a la espera...
Abrazos y cariños

fractal dijo...

Tomo nota. Tus recomendaciones son deseos para mi! Gracias! A lo mejor tardaré un poquito, pero la leeré seguro.
Prefiero leer novelas breves; las saboreo más intensamente.

Bye

Trenzas dijo...

Liter-3; pues no sé si podrás encontrarla :(
No es tan conocido Bashevis como para estar siempre disponible y reeditado. Pero te gustará si la consigues.
Besos, amiga