17 enero 2007

Albert Camus

El exilio de Helena
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En un pequeño libro titulado "El Verano", Camus reflexiona sobre sus raíces mediterráneas, en una serie de artículos escritos entre 1939-1953. Os dejo un fragmento de uno de ellos.
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El Mediterráneo tiene un sentido trágico solar, que no es el mismo que el de las brumas. Ciertos atardeceres -en el mar, al pie de las montañas -, cae la noche sobre la curva perfecta de una pequeña bahía y, desde las aguas silenciosas, sube entonces una plenitud angustiada. En esos lugares se puede comprender que si los griegos han tocado la desesperación ha sido siempre a través de la belleza y de lo que ésta tiene de opresivo. En esa dorada desdicha culmina la tragedia. Nuestra época, por el contrario, ha alimentado su desesperación en la fealdad y en las convulsiones. Y por esa razón, Europa sería innoble, si el dolor pudiera serlo alguna vez.
Nosotros hemos exiliado la belleza; los griegos tomaron las armas por ella. Primera diferencia, pero que viene de lejos. El pensamiento griego se ha resguardado siempre en la idea de límite. No ha llevado nada hasta el final -ni lo sagrado ni la razón -, porque no ha negado nada; ni lo sagrado, ni la razón. Lo ha repartido todo, equilibrando la sombra con la luz. Por el contrario, nuestra Europa, lanzada a la conquista de la totalidad, es hija de la desmesura. Niega la belleza, del mismo modo que niega todo lo que no exalta. En su locura, hace retroceder los límites eternos y, enseguida, oscuras Erinias se abaten sobre ella y la desgarran. Némesis vigila. Todos cuantos traspasan el límite reciben su despiadado castigo.
Los griegos, que se interrogaron durante siglos acerca de lo justo, no podrían entender nada de nuestra idea de la justicia. Para ellos, la equidad suponía un límite, mientras que todo nuestro continente se convulsiona en busca de una justicia que pretende total. Ya en la aurora del pensamiento griego, Heráclito imaginaba que la justicia pone límites al mismo universo físico. "El sol no rebasará sus límites; y si lo hace, las Erinias, defensoras de la justicia, darán con él"

4 comentarios:

fractal dijo...

¿Qué pensarán los jóvenes de hoy al leer a Camús?
Parece que después de casi medio siglo sus postulados siguen siendo igualmente válidos. O más. No me cuadra demasiado su idea del absurdo, pero sí su lucidez y enjuiciamiento que son de admirar. No sé. Según como me atrae más el enfoque de Joffo que ve luz allá donde sólo hay penumbra, o en todo caso, él hace el esfuerzo impagable de encender esa luz. Aunque ignoro cual de las dos versiones se acerca más a la realidad.
Leer historias de personajes rendidos de entrada me dejan mal el cuerpo; comprobar la sensación indolente del que se siente superado por todo, peor. Tal vez sea esto lo que necesitamos para reaccionar...

Un saludín, trenzas. Estoy metida en tareas de bricolaje y remiendos caseros y más que lo estaré.

Beso!

Trenzas dijo...

Liter-3; pues los jóvenes no se darán cabal cuenta de lo que dice Camus. Este fragmento en concreto, creo que es de 1939, seguramente recién empezada la II Guerra Mundial con el recuerdo vivo del fracaso europeo ante el nazismo, que se veía venir desde muchos años antes y la conciencia clara de lo que se les venía encima a los europeos no hitlerianos.
De Camus, prácticamente, solo se lee "El mito de Sísifo" y "El Extranjero" Y si bien es verdad que son dos obras capitales, hay mucho más.
Hombre atormentado, también.
Aquí acabamos de arreglar la fachada de la casa, y aunque sólo tiene dos pisos de altura, llevamos desde agosto metidos en harina :) Estamos todos los vecinos hasta el moño de andamios y cubos de pintura por todas partes.
Suerte y ánimo..!

fractal dijo...

Durante un tiempo quise entender las valoraciones de Camus en "La peste". A veces sentía un nudo en la garganta, otras veía aparecer un claro entre las nubes.
¿Lo has leído?

¿Qué le atormentaba?

Trenzas dijo...

Liter-3; lo he leído varias veces. Camús nació en Argelia y sufrió tuberculosis de niño o adolescente. Su ciudad recurrente (también en "El verano") es Orán, aunque no sé si nació allí mismo. Por un lado debió impactarle la diferencia de vida entre los franceses que "protegían" Argelia y la vida de los nativos, siempre miserable por comparación. En cierto sentido, "la Peste" se parece mucho al "Sentido de la vida" de Frankl. Las personas, individualmente, buscan, en medio de la desolación absoluta, alguna forma de superarse para sobrevivir física y espiritualmente.
El médico entregado, el periodista que solo pensaba en la buena vida y cambia, el sacerdote luchando entre lo divino y lo terrenal...
Camus propone la moral de la honradez. Una moral que lleve al hombre a vivir de sí mismo y no a costa de los demás, en una comprensión y fraternidad que cada ser tiende a encontrar. Lo propone en la novela y, seguramente, es lo que él, como persona, deseaba.
Creo que la época que le tocó vivir a Camus fue una de las mas convulsas en Francia. La guerra de Argelia, la de Indochina y la II G. Mundial.
Todos sus novelas y su teatro, tienen una tragedia personal, dentro de otra colectiva. Al menos, todos los que yo he leído :)
Abrazos y cariños