07 enero 2007

Homero

La Odisea
*
(fragmento del Canto XII)
*

Entretanto la sólida nave en su curso ligero
se enfrentó a las Sirenas: un soplo feliz la impelía
mas de pronto cesó aquella brisa, una calma profunda
se sintió alrededor: algún dios alisaba las olas.
Levantáronse entonces mis hombres, plegaron la vela,
la dejaron caer al fondo del barco y, sentándose al remo,
blanqueaban de espumas el mar con las palas pulidas.
Yo entretanto cogí el bronce agudo, corté un pan de cera
y, partiéndolo en trozos pequeños, los fui pellizcando
con mi mano robusta: ablandáronse pronto, que eran
poderosos mis dedos y el fuego del sol de lo alto.

.
Uno a uno a mis hombres con ellos tapé los oídos
y, a su vez, me ataron de piernas y manos
en el mástil, derecho, con fuertes maromas y, luego,
a azotar con los remos volvieron al mar espumante.
Ya distaba la costa no más que el alcance de un grito
y la nave crucera volaba, mas bien percibieron
las Sirenas su paso y alzaron su canto sonoro:

.
"Llega acá, de los dánaos honor, gloriosísimo Ulises,
de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro canto,
porque nadie en su negro bajel pasa aquí sin que atienda
a esta voz que en dulzores de miel de los labios nos fluye.
Quien la escucha contento se va conociendo mil cosas:
los trabajos sabemos que allá por la Tróade y sus campos
de los dioses impuso el poder a troyanos y argivos
y aún aquello que ocurre doquier en la tierra fecunda".

.
Tal decían exhalando dulcísima voz y en mi pecho
yo anhelaba escucharlas. Frunciendo mis cejas mandaba
a mis hombres soltar mi atadura; bogaban doblados
contra el remo y en pie Perimedes y Euríloco, echando
sobre mí nuevas cuerdas, forzaban cruelmente sus nudos.
Cuando al fin las dejamos atrás y no más se escuchaba
voz alguna o canción de Sirenas, mis fieles amigos
se sacaron la cera que yo en sus oídos había
colocado al venir y libráronme a mí de mis lazos.

5 comentarios:

fractal dijo...

Ah! los clásicos! Creo que me ha llegado la hora de leer a los clásicos. Lo digo en serio, creo que me venfría muy bien.
Decididamente no dormiré en seis meses... y leeré todo lo que me venga en gana!!!
Es broma, no lo haré; dormiré un poco.

Que tengas buen día y no me pongas caramelitos tan buenos, que me gustan demasiado!

Trenzas dijo...

¡Vale...! ¿Prefieres cacahuetes...?
:DDD
Cuidado con los clásicos, que puede darte un ataque si te pones en plan serio. Pero sí que vienen bien, sí.
Al fin y al cabo, eso es lo que somos, si lo que somos es una raíz común. La historia de nuestras palabras, nuestras leyendas, nuestros mitos, nuestra esencia greco-latina.
Aún no he decidido si prefiero ser mas griega que romana o al revés :D
Besos..!

fractal dijo...

De qué podría darme un ataque si leo a los clásicos en serio? La información me vendría bien para prevenir, o paliar, según sea.

Sí, somos hijos de esa raíz común greco-latina; a mí, creo que me encaja mejor la raíz griega.

De hecho, yo me siento también hija de la raíz cuadrada, -con permiso y perdón-; mi preferida es la raíz cuadrada de menos uno, ese número imaginario que sumado a un número real da como resultado un número llamado complejo, "una de las construcciones teóricas más dignas de la inteligencia humana" según la definición de wikipedia.

Tú misma, ya ves qué pasa cuando como cacahuetes...

Beso

Trenzas dijo...

Entendido: nada de cacahuetes..!
Tú corres menos riesgos de que te "ataquen" los clásicos, que yo con las matemáticas :DDD
Lo decía porque cuando se empieza a leer "griego y romano" una ya no puede parar. Y andas todo el día de acá para allá, de la Mitología a Tito Livio y de Estrabón a Sófocles.
Y te despiertas por la noche con la duda de si Orestes era el adivino y Edipo el que tenía el talón flojo, o si fue Trajano quien ganó las Galias y fue Julio César quien hizo construir las termas.
Los clásicos enganchan. Quizá no enseguida, pero enganchan.
Besos y caramelos.

fractal dijo...

Y luego decimos que la noche nos desvela. ¡Y como no! Con tanto personaje célebre pululando por nuestros aposentos!!!
A lo mejor nos convendría leer algún tostón, tomar un poquito de manzanilla ligeramente azucarada y en copa, a ser posible, para conseguir dormir durante diez horas cada noche como unas benditas. ¿Te parece? Porque dicen algunos que esto de la cultura es lo más antinatural que existe!

En fin, a falta algo mejor buenos son los caramelitos! Yo por lo menos me conformo con algúno de limón, naranja o menta...