20 noviembre 2006

Boris Vian

Francés. Nació en 1920 y murió en 1959. Ingeniero, pintor, cineasta, boxeador, crítico de jazz y trompetista. Y esto no agota el repertorio de sus inquietudes.
Enfant terrible, ángel exterminador, su sarcasmo y sus parodias fueron la inevitable oposición al ambiente fatalista que se vivía en la Francia de su época.
Obra más conocida:
Escupiré sobre vuestra tumba
La hierba roja
Que se mueran los feos
Con las mujeres no hay manera
La espuma de los días
El Lobo-Hombre (libro de cuentos)
*
*
El Lobo-Hombre
(fragmento)
*
En el bosque de las Supuestas Quietudes, al pie de la costa de Picardía, vivía un muy agraciado lobo adulto de negro pelaje y grandes ojos rufos. Se llamaba Denis, y su distracción favorita estribaba en contemplar cómo se ponían a todo gas los coches procedentes de *Ville-d´Avray, para acometer la lustrosa pendiente sobre la que un aguacero extiende, de vez en cuando, el oliváceo reflejo de los árboles majestuosos.
También le gustaba, en las tardes de estío, merodear por las espesuras para sorprender a los impacientes enamorados en su lucha con el enredo de los elásticos que, desgraciadamente, complican en la actualidad lo esencial de la lencería.
Consideraba con filosofía el resultado de tales afanes, en ocasiones coronados por el éxito, y, meneando la cabeza, se alejaba púdicamente cuando ocurría que una víctima complaciente era pasada, como suele decirse, por la piedra.
Descendiente de un linaje de lobos civilizados, Denis, se alimentaba de hierba y de jacintos azules, dieta que reforzaba en otoño con algunos champiñones y, en invierno, muy a pesar suyo, con botellas de leche birladas al gran camión amarillo de la Central. La leche, le producía naúseas, a causa de su sabor animal y, de noviembre a febrero, maldecía la inclemencia de una estación que le obligaba a estragarse de tal manera el estómago.
Denis vivía en buenas relaciones con sus vecinos, pues éstos, dada su discrección, ignoraban incluso que existiese.
* Lugar de nacimiento de B. Vian

1 comentario:

Trenzas dijo...

Cuando leí a Vian por primera vez, me produjo una sensación de rechazo. Tardé algún tiempo en volver a coger algo suyo y entonces me enganché. Fue con "El otoño de Pekin" libro que ahora no tengo. Los otros relacionados, sí.
Me pasó lo mismo con él que con Beckett, Bertolt Brecht y otros escritores, que satirizaban o disimulaban de modos muy diversos, sus críticas hacia una sociedad que rechazaban.
Ahí tienes un enlace que te dirá algo más de Vian. Amigo y "alter ego" en más de un aspecto, de J.P. Sartre.

http://www.alohacriticon.com/viajeliterario/article1416.html
Abrazos y cariños