25 diciembre 2006

Ramón Barce

Siala
*
(fragmento del cuento)
A Elena
*
El hombrecito se apoyó en la baranda hasta hacerse daño en el pecho y agitó las manos en el aire para que le salpicase la espuma de las olas. Parecía un muñeco derrengado, con los brazos caídos y los ojos cerrados. El aire salino le daba en la cara y le producía una deliciosa molestia. El hombrecito se abandonó en su dolorosa postura sientiendo bajo sus pies el cabeceo rítmico del trasatlántico. Le parecía que su peso -cincuenta y nueve kilos - hacía bascular la nave, y por eso apretaba los pies y el busto alternativamente, para que el barco no dejase de moverse.
Abría la boca para tragar brisa marina y luego creía sentir en el paladar un sabor salado que le hacía sonreír de felicidad. Pensó con tristeza , de pronto, que aquel viaje feliz, aquel único viaje de placer de su vida era tardío y modesto. Treinta y seis años trabajando en la misma empresa era el lastre de su vida. Treinta y seis años perdidos: toda su juventud y la madurez. Diversiones baratas y racionadas: el cine, los cigarrillos, el café, alguna excursión. Las horas del domingo, llenas de una libertad que nunca había sabido usar. Y el lunes por la mañana otra vez a la oficina, aquella oficina blanca, de ventanales luminosos con bastidores de aluminio y luz de neón, donde todo era nuevo, reluciente, mecánico, de colores suaves y neutros.
Así los meses y los años. Algunos jóvenes -chicos y chicas - pasaban en automóviles descapotados color cereza, con ropas ligeras y deportivas, riendo y agitando sus brazos a los transeúntes. Eran, sin duda, los que se divertían, los que no necesitaban ahorrar para hacer una excursión o comprarse un traje. Él los miraba con envidia, tratando de buscar compensaciones.
(Son tontos, cabezas huecas, yo soy más inteligente, están perdiendo el tiempo y luego los suspenderán en sus carreras). Pero la envidia no cedía terreno (Y a esa velocidad, son unos irresponsables, es muy fácil que esta noche los traigan destrozados al hospital, las carreteras son peligrosas). Lucía el sol alegre (No es extraño que haya tantos accidentes, con esos locos al volante), y el viento hacía revolar los pañuelos en las cabezas rubias de las muchachas (Hoy va a llover, es una tontería salir con esas nubes, se van a poner como una sopa).
Así los meses y los años.
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Ramón Barce, es Premio Nacional de Música y Académico de Bellas Artes en la Real de San Fernando, por su trabajo como compositor, pero ha dedicado parte de su actividad a la creación literaria y algunos de sus escritos, han servido de soporte o hilo argumental para sus composiciones musicales, como en éste cuento, del que os dejo una pequeña muestra. Y aquí un enlace, donde lo explica algo mejor.
*
Las fotografías que ilustran este libro, son de Elena Martín, su esposa. Médico de profesión, también es una excelente fotográfa que ha merecido repetidos premios por su trabajo en esa modalidad de arte.
Elena es mi prima hermana, así que me permitiréis que esté muy orgullosa de los dos :)

9 comentarios:

fractal dijo...

Balzac, Barce, Baricco... vaya trío! Normal tu orgullo, ¿como no ibas a sentirlo con tan insignies compañías?

Creo que en otras ocasiones habíamos comentado algo de R. Barce, si no recuerdo mal, algo sobre la atonalidad o música abstracta, ¿cierto? Tus discrepancias con él, vuestras sobremesas...

Es curiosa la mezcla de artista musical y literario; amante de las artes esposado con una médico fotógrafa. Artista total.
He leído varios artículos más en internet. Un personaje tu primo!

Trenzas dijo...

Cierto; él escribe música dodecafónica, o al menos empezó por ahí :)
Ahora no se por donde anda su música, pero creo que sigue lo mismo. El día de Navidad estuve hablando por teléfono con ellos. Está regularcito sólo. Tiene ya bastantes años; creo que le lleva a mi prima como 28 o 30 o años.
Si no me equivoco (hace tiempo que no hablamos de estas cosas) creo que él es catedrático de Literatura, y en esas estaba, cuando conoció a mi prima. Loco por escribir música y sin tiempo para ello. Pero Elena es una buena Tauro, como yo, y se propuso que él hiciese lo que quería hacer. Lo sentó al piano y a componer y punto. Y es ella quien lleva todo lo referente a conferencias, conciertos y todo lo demás. La mitad del tiempo están fuera de España. Ya no tanto, porque Ramón se cansa mucho, pero vamos, una docena de viajes al año, nadie se los quita.
Bueno, ya.
Aquí seguimos, amiga.

Elena Casero dijo...

¿Que Ramón Barce es tu primo?

Pues, entonces, enhorabuena porque tienes un primo ilustre.
Me alegra que una Elena lo sentara al piano a que compusiera.
De él he leído críticas de música, algo de su música, que no es fácil, todo hay que decirlo.
El cuento me ha gustado. Hay gente privilegiada en este mundo.

Trenzas dijo...

Liter-1; sí señora; tengo ese privilegio :)
El fragmento de este cuento, lo tecleé directo del libro que les dedicó a mis padres, que estaban en Madrid cuando lo presentó. Hay otros, y también una biografía editada hace unos años. Fue gracioso cuando nos la trajeron, en uno de sus viajes, porque Ramón es muy tímido y cuando mi madre, gastándole una broma, le dijo "¡ahora sí que me entero de tus andanzas..!" se puso rojo como un tomate , el pobre.
Pero no; no nos enteramos de nada, porque es una biografía de su música y apenas hay, personal, más que la fecha de nacimiento :)
En cuanto a su música, él ya sabe que no puedo con ella; se lo he dicho muchas veces y siempre nos reímos a cuenta de eso.
Ya me leído lo de ti blog. Vale, amiga.
Nos vemos igualmente en el comunitario o donde quieras. ¡Será por blogs...!
Abrazos y cariños

fractal dijo...

Yo comparto vida con un tauro; dicen las predicciones astrológicas que es mi pareja ideal!!!

El privilegio de vivir artísticamente la música y la escritura comporta también un pago personal y social elevado. Me da la impresión de que no resulta fácil llevar este tipo de vida... bueno, ¿y yo por qué estaré hablando si Elèna está aquí???!!!!

Buceando en la red, he leído que R. Barce tuvo un problemita con un premio que C. Alborch adjudicó sorpresivamente a la Jurado... Ay!!!

Trenzas dijo...

¿Ves...? ¡Para que luego digan que eso de los signos del Zodíaco es una pamema..!
:DDD
Pues supongo que sí, aunque a ese nivel, la cosa será mucho más comprometida, pero también más sosegada. Nada de paparazzi en la puerta a todas horas :)
Lo de la Alborch, fue de juzgado de guardia. Y no porque dejaran a Ramón atrás, sino porque dar un Premio Nacional es una cosa seria. Poner a R. Jurado a la altura de Teresa Berganza, por nombrar una cantante, me parece un agravio comparativo para Berganza.
Por muy bien que cantara Jurado. Es que es otra cosa.
Hubo una buena movida a cuenta de eso, en los círculos musicales.
Y es que con los Ministros de Cultura, una nunca sabe a qué atenerse :DD

fractal dijo...

Yo siempre leo el horrorscopo antes de salir de casa... por si acaso!
¿Por qué lo hizo, Alborch? ¿Se saben los motivos?

Trenzas dijo...

¿Conque el horrorscopo, eh? :DDD
Vale, vale.
¡Quién sabe..! Quizá teníamos excedentes de discos de tonadilleras y había que venderlos. O es que Alborch, que es bastante feminista, o que intenta abogar por las mujeres, creyó que era una buena forma de hacerlo.
De todas formas, supongo que habría un comité; no sería sólo decisión suya, aunque puede que sí tuviera "voto de calidad" que cuenta el doble :)

fractal dijo...

el horrorscopo de cada día...
sin embargo, es posible que cada signo responda a unas definiciones bastante significativas y marque las personalidades de cada elemento; por ejemplo, yo soy una virgo casi de libro, y según parece me llevo bien con los tauro y mal con los leo (como mi hermano... grggrrrr) Vamos a dejarlo aquí y a desear que la paz y la luz de Belén iluminen nuestras oscuridades... por los siglos de los siglos, amén.

De todos modos, se deduce que el Ministerio de Cultura tomó la decisión sin un argumento de peso.